Acting Administrator John Barsa’s Remarks for International Republican Institute Webinar: Cuba is Not What You Are Told

Speeches Shim

Wednesday, October 28, 2020

Good afternoon. Thank you for inviting me to participate in this event.

Thank you to the International Republican Institute and the Observatorio Cubano de Derechos Humanos for hosting this important event today. I want to salute the others who are speaking. You are doing crucial work on behalf of the Cuban people.

I also want to convey how gratified I am that this is being seen by the Cuban people, both those on the island, and those in the diaspora. Hello to all of you watching, it’s a pleasure to be here with you today. I salute your courage and tenacity, even as you deal with challenges no one should have to face.

I am always enthusiastic about this report, because I recognize how important it is to inform the world about the dire straits the Cuban people continue to endure under the regime.

I want to underscore how much the Trump Administration, USAID, and the American people care about the situation in Cuba. We see how bad things are, and—as today’s report details—we know that the situation continues to deteriorate. Responsible leaders would see these challenges and take care of the people who are suffering in this way.

But instead of addressing any of this dire need, the kleptocratic Cuban regime punishes those who call attention to the most pressing issues on the island. They silence journalists, they imprison political opponents, and they oppress civil society. Because they don’t want the people to know the truth.

And the truth is, the regime relies on a struggling population to maintain its grip on power. All socialist, authoritarian regimes act in the same way. The Soviet Union did it, Mao Zedong did it, Chavez did it, and Maduro does it. They survive on a weak population. The best way to weaken people is to keep them needy, and to keep them underserved with basic services. Keep their lights out, keep their internet off, and make them stand in line for food and medicine. It’s a blueprint.

This is what makes the work of OCDH and IRI—and this report, in particular—that much more critical. First, the report is a way for Cubans to report and inform one another. This report and others like it also let the international community know what life is like on the ground in Cuba. It tells the real story—not the preposterous fairy tale that the Cuban regime wants to tell.

And even more, this type of “watchdog analysis” takes the temperature of the Cuban people. Today’s report reflects the Cuban people’s skepticism about how the regime not only mismanages and oppresses, but also steals.

It shows how a situation that has been very bad for years is even worse today, when the COVID-19 pandemic is exposing the ineptitude of the regime even more. The regime is woefully ill-positioned to address the latest health crisis with the seriousness and care needed.

And instead of even trying to address the crisis, what do they do? They continue to place their focus on exploiting their doctors by sending them overseas, instead of using them to help the people in Havana, Santiago, Camaguey, Pinar del Rio, Artemisa, and Holguin.

Let me emphasize that again: the Cuban regime engages in the alleged human trafficking of their doctors, and makes billions from their labor, rather than letting these healers treat the Cuban people.

You’ll hear from one of these doctors today.

You’ll also hear from the report about how access to adequate food, water, basic services, and other essentials continues to decline. You’ll hear how more Cubans today are afraid that the roof over their head is going to collapse. And you’ll hear how the most vulnerable—the elderly—are disproportionately affected by these issues, including men and women who were in the armed services, There’s no question: these are difficult times for the people of Cuba. The communist, kleptocratic system has failed the Cuban people, and Cubans know it.

But the Cuban people are not without friends in the international arena. The United States stands on the side of Cubans seeking a healthy, free, and prosperous future.

USAID and the U.S. Government has—and will continue to—hold the Cuban regime accountable for oppression, human rights abuses, and corruption in Cuba and throughout the hemisphere. And we have hope that things will change.

I’m the proud son of a Cuban who was forced to flee Castro’s oppression. I have hope for Cuba because I know some things about the Cuban people: they are smart, they are strong, and they are tenacious.

I’d like to leave a word with the Cubans on the island: we see you and are with you. We look forward to a Cuba where all citizens are free to elect their leaders, free to assemble, free to worship, and free to determine their own destiny.

I know that day will come. And when it does, the United States is ready to help Cubans as you strive to build a free and prosperous society.


Buenas tardes, gracias por invitarme a participar en este evento.

Gracias al Instituto Republicano Internacional y al Observatorio Cubano de Derechos Humanos por organizar este importante evento hoy. Quiero saludar a todos los participantes de este evento. Están haciendo un tremendo trabajo en nombre del pueblo cubano.

También, es un gusto saber que el pueblo cubano está viendo este evento tanto en la isla como los que viven fuera. Saludo a todos los que están viendo este programa, es un gusto estar aquí con ustedes hoy.

Reconozco su valentía y tenacidad, incluso cuando se enfrentan a desafíos que nadie debería tener que atravesar.

Siempre me entusiasma este informe, porque reconozco lo importante que es informar al mundo sobre la terrible situación que el pueblo cubano sigue atravesando bajo el régimen.

La situación en Cuba es de gran importancia para la Administración Trump, USAID y el pueblo de los Estados Unidos. Vemos lo mal que están las cosas y - como detalla el informe de hoy - sabemos que la situación continúa empeorando. Los líderes responsables verían estos desafíos y cuidarían de las personas que sufren de esta manera.

Pero en lugar de abordar estas necesidades, el régimen cleptocrático cubano castiga a quienes llaman la atención a los problemas más urgentes de la isla. Silencian a los periodistas - encarcelan a los opositores políticos - y oprimen a la sociedad civil porque no quieren que la gente sepa la verdad.

Y la verdad es que el régimen depende de una población luchadora para mantener su control del poder. Todos los socialistas y autoritarios regímenes actúan de la misma manera. La Unión Soviética lo hizo - Mao Zedong lo hizo - Chávez lo hizo - y Maduro lo hace. Sobreviven con una población débil.

La mejor manera de debilitar a las personas es mantenerlas necesitadas y desatendidas con servicios básicos. Mantener sus luces apagadas - mantener su Internet desconectado - y obligarlos a hacer fila para recibir alimentos y medicamentos. Es un plan.

Esto hace que el trabajo del Observatorio Cubano de Derechos Humanos y del Instituto Republicano Internacional - al igual que el de este informe, en particular - sea mucho más crítico. Primero, es una forma en la cual los cubanos se pueden informar e informarse unos a otros. Este informe y otros similares, también permiten que la comunidad internacional conozca cómo es la vida en Cuba. Cuenta la historia real, no el absurdo cuento de hadas que el régimen cubano quiere contar.

Y más aún, este tipo de “análisis de perro guardián” toma la temperatura del pueblo cubano. El informe de hoy refleja el escepticismo del pueblo cubano sobre cómo el régimen no solo tiene una administración ineficiente y oprime, sino que también roba.

Muestra cómo una situación que ha sido deficiente durante años es hoy aún peor, cuando la pandemia de COVID-19 está exponiendo aún más la ineptitud del régimen. El régimen está lamentablemente mal posicionado para abordar la última crisis sanitaria con la seriedad y el cuidado necesarios.

Y en lugar de siquiera intentar abordar la crisis, ¿qué hacen? Continúan enfocándose en la explotación de sus médicos enviándolos al extranjero, en vez de empoderarlos para ayudar a la gente de La Habana, Santiago, Camagüey, Pinar del Rio, Artemisa y Holguín.

Permítanme enfatizar eso nuevamente: el régimen cubano se involucra en el supuesto tráfico de personas con sus médicos, y hace miles de millones a cuenta de su trabajo, en lugar de permitir que estos especialistas atiendan al pueblo cubano. Hoy escucharán las historias de uno de estos médicos.

Asimismo, el informe detalla cómo el acceso a alimentos, agua, servicios básicos y otros elementos esenciales sigue disminuyendo. Escucharán cómo hoy más cubanos temen que el techo sobre su cabeza se derrumbe. Y escucharán cómo los más vulnerables, los ancianos, se ven afectados de manera desproporcionada por estos problemas, incluidos los hombres y mujeres veteranos.

No hay duda: estos son tiempos difíciles para el pueblo de Cuba. El sistema cleptocrático comunista le ha fallado al pueblo cubano y los cubanos lo saben.

Pero el pueblo cubano no está exento de amigos en el ámbito internacional. Los Estados Unidos están del lado de los cubanos que buscan un futuro saludable, libre y próspero.

USAID y el gobierno de los Estados Unidos han responsabilizado—y continuarán responsabilizando—al régimen cubano por la opresión, los abusos de los derechos humanos y la corrupción en Cuba y en todo el hemisferio.

Y tenemos la esperanza de que las cosas cambien.

Soy orgullosamente hijo de una cubana que se vio obligada a huir de la opresión de Castro. Tengo esperanza para Cuba porque conozco de primera mano algunas cosas del pueblo cubano: es inteligente, es fuerte y es tenaz.

Me gustaría dejar a los cubanos en la isla con estas palabras: los vemos, los escuchamos, y estamos con ustedes. Esperamos con optimismo una Cuba en la que todos los ciudadanos sean libres de elegir a sus líderes - libres para reunirse - libres para profesar su religión - y libres para determinar su propio destino.

Sé que ese día llegará. Y cuando lo llegue, los Estados Unidos estarán listos para ayudar a los cubanos en su lucha por construir una sociedad libre y próspera.

¡Viva Cuba libre!